SU HISTORIA
En la época de la Conquista Española, en el año de 1536, el
gobernador de esa época, Don Pedro Fernández de Lugo, tenía como
intención realizar el anhelo de Rodrigo de Bastidas, descubrir
la cabecera del río Magdalena sin reparar en costos ni
esfuerzos.
Gonzalo Jiménez de Quezada fue nombrado general y escogido por
el gobernador para salir al frente de esta expedición,
otorgándole amplios poderes y facultades para escoger sus
propios compañeros. Al iniciar esta travesía encontraron difícil
el andar por tierras pantanosas, los asaltos repentinos de los
indígenas y los voraces ataques de fieras e insectos.
Todo esto lo soportaban sólo por la perspectiva de encontrar un
territorio abundante en riquezas, lo cual aliviaba sus penurias
y les hacía seguir en su obstinado empeño.
Después de haber vencido mil dificultades, el 12 de octubre de
1536, la expedición fluvial divisó a lo lejos unas "Barrancas
Bermejas", ubicadas a los 7° 04´ de latitud norte, 73° 52´ de
longitud este a 126 metros sobre el nivel del mar y 30°C de
temperatura media.
El 6 de abril de 1536 partió la expedición, que llevaba bajo sus
órdenes a 700 infantes y 80 caballeros por la vía terrestre y en
cinco embarcaciones. Todos ellos eran expertos capitanes,
excelentes marineros y afamados guerreros curtidos en la guerra
de España contra los moros. LATORA ó LATOCCA, era el nombre
indígena de la hoy Barrancabermeja, por la cual pasaba el rió YUMA, hoy río magdalena.
El historiador socorrano, doctor Horacio Rodríguez Plata, en su
libro La Inmigración Alemana al Estado Soberano de Santander
en el Siglo XIX, trae una cita de don Gonzalo Fernández de
Oviedo y Valdés, de su Historia General V Natural de las
Indias, Islas y Tierra Firme del Mar Océano, que dice: "Dos
de los compañeros de Quesada testificaron que una jornada
delante del pueblo de Latora hay una fuente de betún que es un
pozo y que hierve y corre fuera de la tierra, y está entrando
por la montaña, al pie de la sierra, y es grande cantidad y
espeso licor. Y los indios tráenlo a sus casas y úntanse con ese
betún porque le hallan bueno para quitar el cansancio y
fortalecer las piernas: y de ese licor negro y de olor de pez y
peor, sírvense de ello los cristianos para brear sus
bergantines".
Posteriormente uno de los grandes precursores de nuestra
independencia, el gallardo y un tanto enamorado don Pedro Fermín
de Vargas, natural de Cepitá, advirtió la importancia y la
necesidad de la explotación comercial de esta "brea o chapote",
para "preservar los barcos de la broma".
Después, el consagrado en La Otra Raya del Tigre, Geo Von
Lengerke, envíó a Berlín, Alemania, las primeras muestras de
petróleo y de asfalto obtenidas en el sitio de Infantas.
Luego don José Joaquin Bohórquez, empleado en los caminos que
construyó Lengerke, de Zapatoca a Puerto Santander, descubrió
los yacimientos de Barrancabermeja, que se los apropió el señor
De Mares y fueron el inicio de nuestra gran Empresa Colombiana
de Petróleos, Ecopetrol.
Por Barrancabermeja salieron las quinas de Manuel Cortissoz y de
Lengerke, el mismo que en 1878 no encontraba "ni a peso de oro
jornaleros ni arrieros que quisieran trabajar ni conducir arrias
por aquel camino, de Bucaramanga a Puerto Santander, por temor a
ser sacrificados por las flechas de los salvajes", descendientes
del cacique Pipatón.
Barrancabermeja y su puerto son sitios que asientan a todo aquel
que hasta ellos llega. De diversos lugares de la geografía
colombiana y del exterior confluye gente como si allí estuviera
la tierra prometida. El forastero se vuelve "barranqueño",
enamorado cual más de su río, de su calor, de sus ocres, de sus
ciénagas y de sus leyendas ...
|